Si nos limitamos a analizar cómo se desplazan los robots por tierra, comprobaremos que la mayoría de ellos disponen de ruedas, orugas o patas.
Cuando el desplazamiento se realiza mediante patas, es aconsejable que los robots tengan un mínimo de tres patas para garantizar su estabilidad. Algunos vehículos robotizados se han diseñado con un gran número de patas, al igual que muchos insectos, para aumentar su estabilidad y que puedan desplazarse por terrenos muy abruptos.
Cuando el terreno presenta pequeños obstáculos o pendientes, las orugas son las más adecuadas, pero si el terreno es llano, resultan más apropiadas las ruedas.
Actualmente existen robots que pueden subir y bajar escaleras gracias a sensores de posición y ángulo que posibilitan que el robot equilibre su peso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario